Anoche asistí, desde Cádiz y vía internet, a un apasionante coloquio de dos horas sobre los papeles de Wikileak que se celebró en el CaixaForum de Madrid. Fue un canto glosado a los viejos principios del periodismo escrito moderno: desvelar al público hechos relevantes que trata de ocultar el poder (político, económico, tanto da); documentarlos, analizarlos, ponerlos en perspectiva y dejar que el lector se forme su propia opinión.
No se habló de televisión; la representante de TVE, directora de "Informe Semanal", reconoció que a las teles lo que les "filtran" son imágenes de carreteras inundadas y catástrofes, nunca datos.
Participaban tmbién los directores de "El País" y de periodismohumano.com, el corresponsal de "The Guardian" Giles Tremlett, y el subdirector de "ABC" Borja Bergareche. Este último, en todas sus intervenciones, no pudo disimular la envidia por no haber sido el suyo uno de los cinco medios seleccionados por Wikileak, y confesó que si él hubiera sido Hillary Clinto, habría desclasificado todos los documentos la víspera de su publicación, con lo cual los habría desactivado; (y, añado yo, habría privado a la opinión pública de conocerlos. Fantástico). Más o menos como Sansón: "¡Muera yo y conmigo todos los filisteos!".
En resumen muy escueto, lo que están provocando los papeles de Wikileak es una revolución y un cambio de era en el periodismo, que me temo que no alcanzará al periodismo español de provincias.
Terminé la velada zampándome "El sueño eterno", tan apasionante como siempre a pesar de lo enrevesado del guión -¿por qué y quién mató al librero Geiger?-, y de los peluquines y tics de Bogart. La última frase de la peli, dicha por Lauren Bacall, es todo un programa político: "No hay nada que tú no puedas arreglar".
"La Comisión de Protección de Datos en Andalucía de la Asociación Andaluza de Comercio Electrónico (Andce) apuntó ayer que la Agencia Española de Protección de Datos ha sancionado, por vulnerar la Ley Orgánica de Protección de Datos, a una empresa gaditana que se suma a las 18 que han sido sancionadas en toda Andalucía, con más de 400 entidades privadas, lo que supone casi un 5% del total. Las sanciones impuestas oscilan entre los 600 y los 420.000 euros. Todas ellas han supuesto una cifra total de 17.010.529,08 euros en multas, de las que un 2% son andaluzas."
Fuente: Cualquier periódico local.