domingo, noviembre 07, 2010

Cierra mi quiosco


Hoy cierra "mi" quiosco, el quiosco donde he comprado la prensa durante los últimos años. Su propietario, un chaval veinteañero, ya no aguanta más la servidumbre -porque lo es- de abrir todos los días del año al amanecer, soportando sin esperanza la arbitrariedad y prepotencia de la distribuidora única de periódicos, a cambio de una mezquina retribución que no le permite siquiera pensar en vivir con su novia. 
Los quioscos son uno de tantos ejemplos de lo que yo llamo "economía bonsai": la que te deja vivir, pero no crecer; alimentarte cada día, pero no tener futuro; subsistencia pura y simple bajo el disfraz de pequeño empresario o autónomo.  
Pero el cierre de un quiosco también es síntoma -otro más- de la crisis de la prensa en papel. Si el principal vector de ideas de la modernidad, el altavoz de la política y el progreso, termina en una persona esclavizada, algo falla. Si la economía del papel impreso no genera riqueza suficiente para que los quiosqueros descansen -o roten- el fin de semana, como en todos los trabajos, se puede pensar que pertenece a un sistema pre-moderno e ineficiente. En todo caso, el cierre de un quiosco hace menos fácil la compra de periódicos, lo cual no creo que favorezca el interés del sector, que es la difusión.
En veinte años he visto a tres familias gestionar este localito, derrochando amabilidad y afán de servir al lector, diversificando su oferta para ver si prosperaban... Las tres han abandonado asqueadas, miserabilizadas.


2 comentarios:

Pilar dijo...

Son negocios con un margen económico de maniobras limitado, y que difícilmente traspasan cambios significativos, como el digital. La distancia hoy entre la letra impresa y la lectura es enorme, casi tanta como entre la lectura misma y sus potenciales lectores-as. Da pena, amigo, mi más sentido pésame, snif
¡Buen domingo!

kioskero dijo...

Lo siento por este joven, por las familias anteriores, y por las que -desafortunadamente para ellos-vendran con la esperanza y el espiritu de poder ganarse la vida en este tipo de negocio, que ni son negocios ni son nada que se le parezca.
Agradecería , tanto al autor como a los futuros visitantes, que si alguien cercano suyo tiene la tentación de emprender este camino, le adviertan muy mucho de que lo haga si es la UNICA salida.
Muchas gracias.