“[..] sólo unas
semanas antes de que el aparato tuviera que estar en las estanterías.
Apple había rediseñado la pantalla del iPhone en el último minuto, obligando a una
restructuración de la línea de montaje. Las nuevas pantallas empezaron a llegar
a la fábrica cerca de medianoche. Un capataz despertó a los 8.000 trabajadores que
viven en los dormitorios de la empresa, según el ejecutivo. A cada empleado le
dieron una magdalena y una taza de té, y en menos de media hora empezó un turno
de 12 horas para colocar las pantallas de vidrio en marcos biselados.
* http://pdf.elpais.com/archivo/pdf/20120202elpnyt_1@8.pdf
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